Estamos aquí con Astrid Rivero madre de Naiarah que es una persona con mucha historia y vamos a hacerle preguntas para conocerla mejor.
Cuéntanos cómo fue tu infancia en Venezuela
Básicamente tuve una infancia normal, tengo recuerdos muy felices, me crié con mis abuelos prácticamente porque mi madre me tuvo muy joven, ella tenía 19 años cuando yo nací. Ella fue madre soltera pero mis recuerdos en Venezuela realmente fueron muy buenos. Mi infancia se basa en los pueblos de mis abuelos: el de mi abuelo en la montaña y el de mi abuela la playa. Tuve una infancia muy bonita y la verdad es que me siento muy afortunada.
¿Cuál fue su experiencia en el Miss Venezuela?
Cuando me faltaba poco para cumplir los 18 años, mi mamá me dijo “bueno ya está, te voy a dejar entrar al casting de Miss Venezuela”. Tuve que hacer muchos castings porque realmente era muy difícil entrar. Me aceptaron y tal y fue una etapa muy muy complicada porque yo era de las más jóvenes, las otras chicas tenían unos 20 o 22 años y a ellas las operaban, y aunque las reglas eran muy estrictas, una de las cosas más bonitas era que viajamos muchísimo y hacíamos comerciales de televisión.
Hubo una vez, que es una anécdota muy graciosa, que tuvimos que grabar un anuncio en una isla y en aquel tiempo, las grabaciones aéreas las hacían desde un helicóptero con un camarógrafo atado en un arnés y nos filmaban. Como dije antes, las reglas eran muy estrictas porque nos pensaban una vez a la semana porque eran muy controladores; bueno resulta que la noche de antes comimos muchísimo más de lo que debíamos y una amiga me dice: “no te preocupes que nos van a pesar pero yo te voy a dar una pastilla mágica que te va a hacer botar toda la comida que te tomas” y yo “ah bueno”. Empezamos a comer y a comer y tal y me tome dos pastillitas mágicas de estas que te hacen botar todo lo que te comes. Ya al siguiente día fuimos a grabar y en mitad de la grabación, en medio del mar, me dieron ganas de ir al baño y allí en medio del mar no había baño. Pues nada, tuve que abrir por allá del otro lado un agujero en la arena y ahí me senté como una tortuga a poner los huevos y eso. Después me volvieron a dar ganas pero conseguí llegar al hotel.
¿Por qué decidiste venirte a España?
En el año 2013 después de mi divorcio las cosas se complicaron y empezó la crisis financiera, la cual fue muy fuerte hasta tal punto de que o pagaba el colegio de mi hija o arreglaba las ruedas del coche o compraba comida. El dinero no alcanzaba prácticamente para nada. Luego empezó a empeorar, empeorar… Al punto de que quitaban la luz siete horas diarias, estábamos tres meses sin agua, aguantamos cinco meses sin comer carne… Una vida a la que mi hija se estaba acostumbrando. Pero lo que realmente me impulsó fue cuando una de mis mejores amigas de la infancia muere en una ambulancia porque no pudo recibir asistencia médica. Sin embargo, cuando me tocó peinarla y maquillarla para su funeral. En ese momento yo dije: no puede ser. O sea que en un país tan rico la gente no puede ser asistida en un hospital y se muera en una ambulancia porque no la pueden atender fue la última gota que derramaba el vaso. Después de eso vendí todos mis muebles, mi cama, los juguetes de mi hija, el aire acondicionado, la nevera, la cocina y lo último que vendí fue el coche y así metí toda mi vida en una maleta.
¿Cómo fue tu llegada a España?
Bueno, la historia es muy graciosa. Estaba súper nerviosa porque desde que mi hija era muy pequeña siempre le he enseñado que está mal mentir. Yo siempre he sido muy creyente y le he inculcado que pase lo que pase, aunque tenga culpa y sepa que algo malo va a pasar hay que decir la verdad. Yo a ella no le conté que nos íbamos a ir a vivir a España, le dije que íbamos de viaje por una boda de un amigo, todo esto era porque claro, si nos paraban en inmigración y nos preguntaba ella podía responder y no me podía arriesgar a que nos quedáramos allí en Venezuela.Yo ya sabía que ellos tenían psicólogos y medios para identificar a los inmigrante pero no nos dijeron nada. Finalmente nos sellaron el pasaporte y automáticamente sentí un vacío en el alma, lo primero que hice fue dar gracias a Dios y sin mirar atrás me fui a la correa de las maletas. Tenía mucho nervios, porque además no sabíamos ni dónde íbamos a dormir; tampoco tenía dinero ni nada. Sufrí una estafa por parte de la persona que nos iba a alquilar una habitación, el día que llegamos a España desapareció. Me quedé con una niña de 9 años y sin un lugar en el que dormir pero bueno, Dios es maravilloso y con el tiempo todo mejoró.
¿Cómo fue educar a tu hija en un país diferente y nuevo para vosotras?
Afortunadamente yo ya había viajado antes y ya había visto la situación en otros países y sabía que lo que estábamos viviendo allí no era lo normal. Ya durante unos meses antes yo la estaba preparando, a lo mejor no se acuerda, pero sí le hablaba de la sexualidad, de que en la calle iba a ser normal que vieran dos hombres de la mano… y lo más importante que no perdiera nunca su esencia, que siempre había que tener respeto hacia los mayores y todos los meses todos los días iba dándole como una cápsula de amor y consejo para que ella no perdiera su esencia. Una vez que llegamos aquí pues se hizo muy fácil porque yo ya le había introducido todo allí en Venezuela y ella se adaptó bastante bien a su nueva vida, en la medida de lo posible.
¿Qué significa Jorge para ti?
Pues Jorge significa volver a creer en mí. Porque durante más de la mitad de mis primeros 30 años de vida fui una persona con muy baja autoestima y me doy cuenta ahora, después de haber ido a terapia y de conocerme. A los 35 años conocí a Jorge y yo pensaba que no existía alguien así, porque cuando deseas algo con todo tu corazón y lo pides a Dios con mucha fe porque yo creo que es eso, porque pase por tantas cosas lo solté y dije: “algún día llegará la persona perfecto que me quiera tal y como soy”. Y llegó, llegó la persona que te acompaña, con la que duermes, y ella tiene que sumar en todos los aspectos de tu vida: tiene que empujarte, tiene que levantarte, sobre todo en las manos momentos, porque en las buenas todo el mundo pero en las malas solo unos pocos están contigo.
¿Cómo fue para ti la vuelta a tu país natal?
¡ Ay madre¡ un trauma realmente. Bueno, tenía una expectativa y desde el momento que pise el aeropuerto sentí la decepción más grande de mi vida, volver al país y retroceder 30 años atrás imagínate a nivel tecnológico. Una combinación de ruina con riquezas que no tiene sentido. Bajar a tu barrio, el barrio donde crecí, y verlo lleno de pobreza y demasiada miseria, y de pronto vas a otro urbanización a 10 minutos andando de esta otra y es completamente moderna, con gente bien vestida y casas con coches de lujo, todo esto me dolió.
¿Ahora a qué te gustaría dedicarte al acabar el curso?
Vale mi profesión de universidad es diseñadora gráfica aunque, realmente, he sido polifacética. No sé si es una virtud o un defecto. En la vida me he sacado muchos cursos y tengo muchas habilidades: puedo coger un trozo de tela y hacerme un vestido o puedo agarrar tres ingredientes y hacer una súper receta.
Realmente a nivel profesional soy diseñadora gráfica y ahora estoy haciendo cursos de productos y diseño de experiencia de usuario: básicamente es crear una aplicación que resuelva un problema para la sociedad, no todas las aplicaciones tienen la misma función. Las aplicaciones tienen que cumplir con una función en la sociedad y suplir una necesidad, a través de estos cursos me he dado cuenta que es a lo que verdaderamente me quiero dedicar.
Mientras estaba en Venezuela tuve una peluquería y me dediqué mucho tiempo a la estética, peluquería y tal; pero realmente eso es muy agotador y ya que tengo más de 40 años quisiera llegar a los 60 con el trabajo un poco más tranquilo, entonces estoy intentando homologar mi profesión para verme en un ambiente ejecutivo más tranquilo con más horas de descanso además de tener un mejor sueldo.
Pues eso es todo, muchas gracias por responder a todas nuestras preguntas y te deseamos mucha suerte en la vida.