En los últimos años, el snus blanco, un tipo de tabaco húmedo sin humo que se coloca bajo el labio superior, ha ganado popularidad en varios países, especialmente en Europa. Este producto, que inicialmente fue desarrollado en Suecia y Noruega, ha sido promovido como una alternativa menos dañina al cigarrillo tradicional. Sin embargo, los expertos en salud advierten sobre los posibles riesgos de su consumo. Además, esta variante al snus marrón presenta nicotina sintética, provocando que la regulación antitabaco no pueda hacer nada al respecto.
En general, las personas que chupan o mastican tabaco reciben aproximadamente la misma cantidad de nicotina que las personas que fuman regularmente, pero una bolsa de snus blanco es equivalente a fumar una caja de cigarrillos. También están expuestos a más de 25 químicos que se sabe que causan cáncer. Las sustancias causantes de cáncer más dañinas en el tabaco sin humo son las nitrosaminas específicas del tabaco, muy presentes en el snus.
Organizaciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS) han advertido que la comercialización de productos como el snus blanco puede trivializar los riesgos del consumo de nicotina, lo que ha generado preocupación sobre su impacto a largo plazo, particularmente entre adolescentes y jóvenes adultos.
En Suecia se llevó a cabo un estudio de una multitud poblacional para investigar el riesgo de muerte al nacer en madres consumidoras de tabaco o snus en comparación con madres que no los consumen. La investigación se realizó mediante un análisis del registro de nacimientos entre los años 1999 y 2006. Los resultados advirtieron que el consumo de snus aumentaba el riesgo de fallecimiento fetal.
Mientras que el snus marrón ha sido prohibido en toda la UE (Unión Europea), a excepción de Suecia, el snus blanco se puede encontrar en prácticamente cualquier estanco español. Hay ciertos países, como Países Bajos y Bélgica, que ya han puesto en pie una ley para prohibir su compra y venta.
Asociaciones y médicos exigen la regulación de esta forma de nicotina en España y advierten acerca del aumento exponencial en su consumición. También piden más investigación sobre los efectos a largo plazo del snus blanco y solicitan a los gobiernos que refuercen las regulaciones para evitar que los jóvenes se enganchen a este producto, subrayando la importancia de campañas educativas que informen sobre los riesgos asociados con el consumo de la nicotina, incluidos los productos “sin humo” como el snus blanco.